Darle la vuelta al peor momento del Valencia CF

Si algo se echa de menos en el entorno del Valencia actual es un análisis frío y poco partidista de la situación del club. No existe término medio y el debate se divide entre aquellos que critican absolutamente todo lo que ocurre y una facción que se siente perseguida y a pesar de no apoyar a Meriton también ha optado por el enfrentamiento. Esa es la realidad, a nivel social el valencianismo está en un bucle peligroso.

Sería ponerse una venda en los ojos si no admitimos que el escenario del Valencia CF es delicado, con unos números económicos que asustan y depresión en el apartado deportivo. Se ha normalizado el hecho de que el Valencia navegue en mitad de la tabla y eso es algo que no se puede tolerar. Pero sabiendo todo eso, también hay detalles para no perder definitivamente la ilusión dentro del pesimismo, la campaña de abonos está siendo todo un éxito teniendo en cuenta las previsiones y el club ya ha firmado a un futbolista adelantándose a las ventas; la llegada de Samu Castillejo a coste cero ya es una maniobra ventajosa comparado a la pasividad de otros veranos.

Se está avanzando en el estadio, ciertos políticos siguen justificando las trabas pero la ciudad se ha lanzado de lleno a ser candidata al Mundial 2030, un signo que confirma que el proyecto no se ha roto. Encontrar puntos de unión y no alzar a los cuatro vientos la bandera de que el club está muerto no es ni mucho menos una oda al optimismo, tampoco un aplauso a Meriton. La gestión en estos años merece el suspenso pero es una buena noticia que las protestas hayan servido para apreciar pequeños brotes verdes en dirección positiva.