La dignidad del Valencia por encima de todo

El partido del Valencia contra el Betis no fue lo indigno que refleja el resultado, ni mucho menos. Bastante antes del 0-2 el encuentro debía estar en tablas, pero como nos falta la calidad que tanto nos ha penalizado este curso, y luego atrás tenemos las deficiencias que ya sabemos, porque de medio del campo para atrás tenemos muchas lagunas, nos hacen mucho daño con muy poco, y el resto, es historia. De todos modos, la sensación con la que salimos de Mestalla fue mucho peor que la real, que un 0-3 es una losa complicadas de encajar, y quedan dos partidos en los que no podemos dejarnos llevar, de ninguna de las maneras.

Contra el Celta la semana que viene será otra historia, porque en casa no es nada igual, aunque nuestro año como local es de números de descenso, pero hoy toca Cornellà, en una salida contra otro rival que hace semanas que se quedó sin objetivos más allá de llegar a las vacaciones, que va a sufrir muchos cambios este verano, y que tampoco tiene pinta de deparar un partido que vaya a ser especialmente recordado por su intensidad y por su calidad. Eso dice la teoría, pero como uno ya es más viejo que un bosque, no se fía de nadie. Está claro que, más allá de la honra, no nos jugamos nada, pero eso no puede ser la excusa para salir y no ser profesionales. Porque a nosotros, por el tipo de equipo que somos, si no vamos al 100%, se nos gana fácil, porque no somos los mejores, ni mucho menos.

Los que se pongan la camiseta del Valencia, especialmente aquellos que van a seguir el curso que viene, o los que quieren hacerlo, deben honrar el escudo, que es un mínimo que nunca viene en el contrato, pero que es como el valor del soldado en la mili, se le supone. No aspiro a que hagamos hoy ninguna gesta, porque tampoco es el día, pero llegados a este punto, con no pasar una mala tarde noche pensando que hemos vuelto a liarla, casi me voy a ir confirmando. ¿Que es poco o muy poco? Sin duda, pero quien se quiera flagelar porque ahora estamos en ese contexto es muy libre, aunque con cariño le digo que no sirve para nada.