Los fórmulas del Valencia para fichar a Omar Alderete

El Valencia va a cerrar el fichaje de Omar Alderete. Aunque lo que no tengo claro, al menos por todo lo que trasciende y el silencio habitual del club en estas cosas, es la manera en que se va a hacer la operación. En el acuerdo de cesión que se concretó con el Hertha de Berlín figuraba una opción obligatoria de compra por 7,5 millones de euros en caso de jugar 25 partidos y clasificando el equipo para Europa. Como quiere que la segunda cuestión no se ha dado, aunque la obligatoriedad no existe, sí que se tiene una prioridad para hacerlo por la misma cifra.

Todos esperábamos que el Valencia ejecutara la compra de Alderete de todos modos, aunque en los últimos días han trascendido una serie de cuestiones que, aunque no ponen en duda que el club quiera cerrarlo (otra cosa es lo que luego se quiera entender para beneficio propio en función del maldito relato), sí que nos hacen cuestionar el hecho de que vaya a ser de la forma que todos habíamos pensado. Y si estuviéramos en otro Valencia, y no pongo otro como referente pero que cada uno piense en el que quiera, lo que se pretende, al menos lo que se dice que se pretende, tiene sentido y es bueno para el club. Que se quiera buscar una rebaja sobre esos 7,5 millones no sólo es lícito, sino que lo extraño sería que no se intentara. Porque si se llega a un acuerdo por menos, ¿qué malo hay en ello?

Que se pueda buscar otra fórmula, como la de pedir otro año de cesión y ya pagar por ese préstamo una cantidad que fuera “a cuenta” del precio total, tampoco me parecería una barbaridad. Se pueden destinar otros recursos a las distintas necesidades que se tienen, que no son pocas. Y si al final no cuadra nada, si los alemanes no se avienen a negociar, que en su derecho estarían, que se pague lo acordado claro. Y si se sigue todo ese proceso y Alderete es jugador valencianista, se llegue como se llegue a ese punto, lo que haga el Valencia está bien. Aunque está claro que el descrédito de Meriton pasa factura en este tipo de situaciones, no lo puede negar nadie… por desgracia.