La compra del Valencia no puede ser una broma de mal gusto

Mientras sigamos con el juego de perseguir fantasmas, y encimo demos crédito a determinadas cosas, no vamos a ir nada bien

Toni Hernández | 01 MAY. 2022 | 00:01
Miguel Zorío

No podemos convertir la compra del Valencia es un espectáculo vergonzoso y bochornoso. Primeros porque creo que hay hubo bastante de todo esto hace 8 años cuando llegó Peter Lim. Y segundo porque tomarnos las cosas de esta forma sólo ayuda a encabronarnos mucho más entre nosotros, que al final no tenemos la culpa ese nada y somos los principales damnificados por todo. Nunca hemos querido comprender que somos, por desgracia, una Sociedad Anónima Deportiva. Y eso que llevamos así más de 30 años. Que Durante mucho tiempo estuviesen las acciones tan repartidas ayudó a seguir pensando que todos éramos dueños, y seguíamos hablando de elecciones cuando salían presidentes, cuando realmente eran juntas, donde cada acción era un voto, y no era una persona. Ahora todo eso ha cambiado. Ahora no, en 2014, porque un señor concentró más del 80% de títulos, y ahora mismo supera el 90.

O se la saca con dinero o no se le saca, aunque estaremos atentos a lo que pueda decir la justicia, que de momento no le ha dado ningún revés por cometer ilegalidades, lo que lejos de ser una mala noticia, al menos nos indica que no todo está mal hecho. Insisto, hasta el momento es así nos guste más o nos guste menos. Pero el problema ya no es tanto este como los sainetes que llevamos vividos hasta la fecha por distintos personajes, casi ninguno de ellos nuevo en estas lides. Miguel Zorío le lleva comprando a Lim el Valencia casi desde que llegó, y habría que hacer un recuento de todas las ruedas de prensa que lleva desde el año 2014, que igual nos sale una cifra curiosas. De forment ni un grà, como solemos decir, pero se le sigue dando un pábulo que me parece absolutamente sorprendente.

No da media garantía de nada, no hay nombres, empresas o bancos, pero se le sigue poniendo un altavoz. Luego estuvieron los empresarios valencianos, que llegaron a decir eso de “tenemos la ilusión pero nos falta el dinero”, que fue lo más parecido a una bofetada con la mano abierta. Un bluf de los duros, porque es cierto que había un trabajo, pero faltaba lo esencial. Y luego está todo ese grupo que lleva pidiendo décadas que le cedan la gestión del club, y que ellos, ya si eso más adelante, pagarán las acciones con recursos de la propia entidad. Y así seguimos yendo por la vida, y claro, así nos va.