Dolor y orgullo a partes iguales con el Valencia

Los peores presagios se cumplieron en la tanda de penaltis, el Valencia acarició el título tras dejárselo todo. Repasamos los detalles de la final de copa.

Un encuentro de alternativas

El plan de partido le salió mal al Valencia de entrada, el equipo se encontró con un gol en contra muy pronto y una defensa nerviosa. Sin embargo el Valencia se recompuso, empató el partido y lo dominó al comienzo de la segunda mitad. Más tarde el cansancio fue la nota predominante en los dos equipos y el partido se convirtió en una lucha de de supervivencia.

Penaltis malditos

Era imposible no acordarse de la final de Champions 2001, pero todos confiaban en que la moneda cayera del otro lado. Un error de Musah evitó el sueño de ganar la Copa y salvar la temporada, el trofeo se decidió desde los 11 metros y al norteamericano le pudo la inexperiencia y le fallaron los nervios. El campo y la grada se llenaron de lágrimas.

La afición

Es el verdadero alma de este club en una situación tan comprometida. El hecho de jugar en Sevilla y el incomprensible reparto dejó en minoría a los valencianistas, pero la afición no se arrugó en ningún momento y llevó en volandas al Valencia durante el partido al margen de dar un espectáculo de colorido durante todo el día en la ciudad.

¿Y ahora qué?

Sin copa y sin Europa. La sensación de vacío es indescriptible y el futuro muy comprometedor, habrá que esperar pero se aventuran ventas importantes y no están claros los mimbres con los que contará Bordalás en caso de continuar.