Estar razonablemente al margen de toda la porquería de estos días

Disfrutar de lo que tenemos parece que no es suficiente, porque hay que pelarse, hay que bajar siempre al barro, y no lo entiendo

Toni Hernández | 13 ABR. 2022 | 00:02
Valencia CF

Me alegra leer que estás razonablemente al margen de toda la porquería del Valencia de estos últimos días”. Creo que nadie me había hecho un cumplido como este en mucho tiempo. Quien me comentó esto lo dejaremos en el anonimato, salvo que él quiere que lo hablemos, porque además, tiene muchos y buenas historias que contar, pero lo cierto es que la frase es demoledora por un lado, y reveladora por otro. Vengo diciendo hace ya un tiempo que hay una cantidad, cada día más grande, de valencianistas que están/estamos muy cansados de muchas cosas. De bandos, de guerras, de tener razón, de señalar, de dar lecciones de moral…

Y que al final, lisa y llanamente, nos preocupamos de nuestro equipo, de la misma forma que hemos hecho siempre, desde el principio de los tiempos. Desde que tenemos uso de razón valencianista, que ni Meriton ha inventado esto, ni otros que van ahora de Palleters, tampoco, que nadie se confunde, que ni los buenos son tan buenos, ni los malos son malos, y muchas veces, van cogidos de la mano. En cualquier caso y como digo, lo desgarrador es que haya cada vez más gente cansada, hastiada, y en proceso de alejarse y tomar distancia, porque esa es la única forma de poder respirar.

Pasó en 2014, pero parece que a demasiada gente le da igual, que el objetivo sigue siendo el mismo, y que a si Meriton parece que le importa poco vaciar a Mestalla, a otros les importa lo mismo que el entorno del Valencia vaya desapareciendo porque no se puede vivir así. Entiendo que empieza a ser el camino de bastantes tipos como yo, que en muchos casos hemos estado en primera línea, que hemos vivido cada cosa como si fuera el fin del mundo, pero que llega un momento en el que sólo te queda la esencia para seguir ligado a lo que ha sido el motor de tu vida desde siempre. Es la pasión, que espero que nadie pueda matar nunca, porque la porquería, que se levanta en demasiada cantidad y por parte de todos, es algo de lo que se huye como de la peste. Porque da agonía, y no se dan cuenta del mal que hacen.