La ilusión de un Barcelona - Valencia y pensar que podemos ganar

El valencianismo no puede perder ni un ápice de la ilusión que llevamos alimentando desde que empezó la temporada. Es algo que hemos tenido que guardar mucho tiempo, de hecho demasiado, y que es como si nos fiera hasta reparo que viera la luz. Y puede ser comprensible, porque en la previa del encuentro en Mestalla contra el Madrid, con el liderato en juego, el entorno, al menos una parte, se vino arriba a base de bien. Y no puede criticarlo, porque el que más y el que menos, aunque sólo fuera por esa noche, nos vimos arriba del todo, con lo que eso suponía a nivel de moral y autoestima.

No ganamos, de hecho no lo hemos vuelto a hacer, pero eso no hace sino recordarnos a todos que estamos sumidos en un camino que no es fácil y en el que hay que tener paciencia y confianza. Y por supuesto ilusión, porque esa es la base del fútbol y de la vida. Lo del estado de ánimo no es sólo un tópico más en este deporte, es una realidad llevada alguna que otra vez al extremo, pero tan cierta como la vida misma. Por eso no podemos perder la sonrisa este fin de semana camino de Barcelona para la visita al Nou Camp.

Ni podemos pensar que ellos son una banda, que no serán los colegas de Messi pero tampoco cojos, ni tampoco somatizar que van a revivir contra nosotros porque somos una especie de equipo aspirina. La ilusión es tener ganas de competir y saber cómo debes hacerlo, y hacerlo bien. Y eso parte desde los jugadores y el cuerpo técnico y sigue en todos y cada uno de nosotros. Ni nervios ni angustias, sólo ganas de ver competir a nuestro equipo al máximo con los mejores de la Liga.