Cristiano Piccini y los fichajes del Valencia que no salieron bien: sin dramas

El fichaje de Cristiano Piccini por el Valencia ha sido un completo desastre a nivel económico y deportivo, y la lesión del italiano en el primer partido de pretemporada lo complica todo un poco más. Esto es una evidencia, forma parte del fútbol, y no se puede estar mandando a la hoguera a nadie por ello. El jugador nunca es culpable, hace todo lo que está en su mano por rendir, pero a veces las cosas no se dan, salen todas al revés, y más allá de buscar culpables, lo único importante es encontrar soluciones.

Se pagaron 10 millones de euros al Sporting Club de Portugal porque Eugenio Botas recomendó su llegada. A nadie le pareció mal. A mí incluido. Un primer año que no pasó de discreto, siendo superado por Wass en el lateral derecho, y un segundo desastroso que terminó casi antes de empezar. ¿Se debe matar al jugador por todo esto? De ninguna manera, porque es un profesional que no puede hacer lo que más le gusta, y posiblemente él lo esté pasando peor que nosotros. ¿Hay que despellejar a los que lo trajeron? Pues tampoco porque seguro que esto no formaba parte del plan.

Hacerlo sería tan ruin como llamar cojo Correia, por ejemplo, algo que se ha escuchado aquí, y con fuerza. Y matar a los que cerraron su fichaje (por 12 kilos fue carísimo, quizá lo mismo que Piciini por 10). Nos tenemos que dejar ya de tener varas de medir según para quien y según para qué, porque luego esto canta la traviata y encima alguno hasta se ofende. Todos son jugadores del Valencia, todos, y ninguno merece faltas de respeto y menos por esto. A ver si un día lo aprendemos, aunque no tengo mucha fe.