Gabriel Paulista y dar el nivel que te pide el Valencia más allá del compromiso

Las lágrimas de Gabriel Paulista en Getafe fueron las de todos nosotros. La impotencia reinaba en el Valencia, nos veíamos camino del pozo sin que nadie pudiera parar aquella caída. Era el 28 de febrero, ni 3 meses han pasado, pero el susto y la congoja siguen con nosotros. Al menos en algunos, que eso de hablar en nombre de todo el mundo es muy pretencioso. Aquellas lágrimas eran el compromiso innegociable de un buen profesional que se siente aquí como en su casa.

La parte emocional es incuestionable, pero Paulista, en ese momento, estaba atravesando un momento deportivo especialmente malo. No estaba bien, no era el líder de la zaga, no tenía buenas actuaciones y en cada partido sufría lo indecible. A un tipo de su perfil le hace falta alguien al lado del corte de Garay, porque él tiene unas características concretas, y eso no lo ha podido disfrutar esta campaña. Ha sido un cúmulo de circunstancias, que con la defensa de 3 centrales de Voro, en gran medida, parece que quedó más subsanado.

El año que viene vamos a ver qué contexto tenemos, porque es algo que ahora mismo nadie sabe. Es posible que ni el mismísimo Peter Lim, lo que resulta más grave aún. Pero sea como fuera, Gabriel Paulista tiene que ser de los mejores del equipo, dentro y fuera del campo, porque en su nivel, como en el de otros importantes, estará el futuro de este equipo. Él es el primero que lo tiene claro, y sabe llevar la presión, con lo que ahora hay que actuar en consecuencia a nivel deportivo. Sin más.