"Si el Valencia no ficha mal, y si ficha, también mal"

El Valencia es mal si voy, y mal si me quedo. La frase es de mi querido José Blas Pérez, la voz de la afición, allá por aquellos lejanos y maravillosos tiempos en Onda Cero con Julio Insa. Y pasados 25 años, no le cambio una coma a la reflexión, porque seguimos en el mismo punto, no me cabe duda. En aquellos años 90 no había redes sociales, pero tanto da, como si no las hubiera ahora mismo, tanto da. Es todo mal, siempre. Cambian los intereses puntuales, pero el hecho es siempre el mismo.

Me voy al verano de 2003, a Mestalla. Quizá el momento de la historia donde más vergüenza he pasado. Mi tío Jaume, porque Jaume Ortí era mi tío, intentaba hablar en la presentación del equipo, y no se le dejó, con una pitada lamentable y asquerosa, orquestada en aquel momento por un interés concreto. Los fichajes fueron pocos, la lámpara y el sofá, pero el final de aquella temporada ya la avanzó al final de su discurso: "os echarán humo las palmas de aplaudir a este equipo". "Sólo" hicimos un Doblete.

No, no comparo situaciones deportivas, comparo contextos. Si el Valencia hubiera tenido los santos bemoles de cerrar el mercado sin una sola cara nueva, habríamos montado una muy gorda, y con toda la razón del mundo. Pero fichamos a 3 jugadores, Piccini al margen, y es que si son malos, si los equipos no valen nada, que si vienen jugar, que si ya ves tú... Quizá alguno esperaba a los 10 mejores del mundo, y no ha podido ser. No justifico lo que está mal hecho desde el primer día, que igual si los que han llegado ahora lo hubieran hecho en verano estaríamos de otra manera, pero quejarnos siempre, y por todo...