Y entonces toca hablar de fútbol, y no se nos baja el telón

Desde que era pequeño, mi día favorito de la semana eran los viernes, porque era siempre el preludio del fin de semana, cuando venía el fútbol, cuando empezaba lo que más me gustaba, y me gusta, tanto jugarlo, aunque era malo, peleón, pero muy malo, y contarlo, algo que tuve el privilegio de poder hacer desde 1994. Lo que más me apetecía, de largo, era llegar al momento de los partidos, a la previa, a ir al campo un par de horas antes (manía que conservo), a ver y vivir el ambiente, el partido, el juego, la emoción, la tensión, en definitiva, a ver cómo su majestad el balón hacía lo que ese día le pudiera apetecer.

Con los años, con el periodismo, esa visión del momento del partido como el centro de la semana, se fue perdiendo, aunque era, es, el momento de disfrute absoluto. Si de verdad te gusta el fútbol claro, porque es posible que no te guste, que simplemente sea la excusa para ganarse la vida, respetable, y entonces, lo que pase en el verde, te de exactamente igual. Es más, si es malo y hay lío, broncas, destituciones, peleas, mucho mejor, porque eso te dará caldo de cultivo para poder pasar mejor la semana. Que nadie se enfade, que eso es tan verdad como que el solo sale todos los días. Y si se enfada, ya sabe lo de las piedras.

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Este fin de semana, en Anoeta, ese campo en el que todo empezó hace muchos años, tantos como 19 (madre del amor hermoso, qué viejo soy), con aquel gol de Mendieta que hizo seguir a Ranieri y luego vino todo lo demás, el Valencia juega un partido importante, como todos los que le quedan hasta el final, porque todavía falta mucho, muchísimo, y las señales que van dando el equipo, aunque más lentas de lo que hace falta, van siendo buenas, positivas, optimistas.

Tener a las piezas clave de tu equipo enchufadas es el 70% del éxito, y ahora mismo, el Valencia, no las tiene todas, pero poco a poco va sumando. Jaume bien en la portería, Mustafi debe recuperar en el centro de la zaga, Javi Fuego y Parejo deben ser los del año pasado, y con las “apariciones” de Joao Cancelo y Negredo, y los chispazos de De Paul, simplemente con eso, el equipo ya es mejor. Por cierto, me gustaría mucho ver a pleno rendimiento la dupla Alcácer-Negredo, ,me recuerda mucho a aquella Morientes-Villa, que no pudo jugar mucho junta, pero que hizo barbaridades mientras la pudimos ver.

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Y todo lo que sea salirse de ese redil deportivo, con perdón, cagada. Porque esto es fútbol, al aficionado, al que de verdad le gusta, es lo que le importa, lo que le mueve, lo que le apasiona, y lo que más le gusta no es ver a periodistas gritándose o a entrenadores alucinando con preguntas imbéciles, sino VER GANAR A SU EQUIPO.