El olvidado Levante UD - Elche CF

No se enfrentan desde hace casi medio siglo

Redactor Jefe | 12 DIC. 2013 | 16:14

Habría que remontar los afluentes del tiempo para rastrear el último duelo entre el Levante y el Elche en el marco de la Primera División. La cronología establecida queda varada en un domingo de fútbol del 18 de abril de 1965 en el feudo de Vallejo. Por aquellas jornadas tornasoladas, en el marco de una España que pretendía con firmeza proyectarse hacia el exterior, Los Beatles lanzaban un nuevo EP al mercado que incluía cuatro canciones que corroboraban la extrema facilidad de los Four Fabs para revolucionar el formato de la música contemporánea con la fábrica de éxitos de tres minutos de duración. No Reply, I’m a Loser en su cara A y Rock and Roll Music y Eight Days a Week en el formato B sonaban en las radios y en los viejos tocadiscos comenzando a conceder fondo y forma al Beatles For Sale. El duelo entre la representación ilicitana y la escuadra azulgrana cerraba la competición liguera del ejercicio 1964-1965. No era un partido desprovisto de mística.

Era un duelo en superlativo y regio principalmente para los intereses de la sociedad granota. El enfrentamiento estaba clasificado desde muchas jornadas antes de que comenzara el invariable tránsito del balón. En realidad, estaba etiquetado desde la semana anterior cuando los resultados obtenidos encumbraron el duelo. La permanencia en la elite dependía, en buena medida, de los sucesos que ocurrieran sobre el cuidado césped del coliseo de la Calle de Alboraya. No obstante, los seguidores locales afrontaban una tarde repleta de emociones.

A doscientos cincuenta kilómetros de distancia, en La Condomina de Murcia, el encuentro entre el equipo de la ciudad y el Oviedo resultaba tan decisivo como alcanzar la victoria ante el bloque franjiverde. El drama del descenso directo se dirimía en la franja del Mediterráneo. El triunfo levantinista era inexcusable, pero había que girar la cabeza y no perder detalle de los hechos que ocurrieran en Murcia.

El Levante y el Oviedo alcanzaron la cita final del campeonato de la regularidad con diecinueve puntos en su casillero. Si persistía la igualada entre los dos contendientes la condena del descenso caería sobre la representación azulgrana por mor del gol-average particular. De ahí el valor de los dos puntos ante el Elche y del sentido que adquiría el envite en tierras murcianas. Las cartas estaban levantadas. No había dudas, aunque sí incertidumbre y desconfianza.

El Levante debía vencer en su estadio y esperar acontecimientos. Y el Murcia también necesitaba la victoria para liberarse de la Promoción y seguir encadenado a la Primera División. La jornada estaba caracterizada por la tensión. El Levante no dependía en exclusiva de sus prestaciones. Y su supervivencia en el universo de máxima categoría seguiría en entredicho y entre signos de interrogación puesto que la concatenación de resultados esperada le alejaba del descenso directo, pero no de la horrenda Promoción.

Una sensación de desazón y de inquietud embargó cada minuto del duelo entre el Levante y el Elche. El capítulo inaugural concluyó sin variaciones en el marcador. Sin embargo, el arranque del segundo episodio fue decisivo. Ribera reclamó el balón ante la mirada escrutadora de Vallejo. Pons disparo sobre la meta de Pazos y Torrents despedazó el resultado inicial. El gol mudó el semblante del grupo azulgrana. Apenas unos minutos después, Domínguez resolvía la contienda tras aprovechar un cabezazo de Serafín que se estrelló en el poste. Fue un gol de oportunismo. Las crónicas acentúan la aportación y el dinamismo de Ernesto Domínguez.

En un contexto enmarcado por la turbación, surgió el innato talento y los nervios de acero del atacante para aprisionar una victoria que contó con un elevado valor puesto que las distintas noticias que procedían desde La Condomina validaban el triunfo. El empate entre el Murcia y el Oviedo supuso el descenso fulminante de la entidad asturiana y propició un nuevo escenario para el equipo pimentonero, toda vez que debería afrontar la Promoción, al igual que el Levante, para prorrogar su condición de primerdivisionista; un rol que extravió el grupo azulgrana ante el Málaga.