Caos total

La cosa no pinta bien para el Villarreal esta temporada. El equipo de Garrido no termina de arrancar en la Liga BBVA y está con cero puntos de seis posibles en la Champions League. La derrota de ayer ante en Nápoles ha dejado muy tocada a una plantilla que, reiteramos, nos parece corta para los objetivos que desea la entidad castellonense.

Ayer no era el día para ganar por muchas cosas que vamos a analizar. El ambiente de San Paolo fue el mejor que se vio en la jornada europea. La afición italiana llevaba 20 años sin ver un partido de Champions League, con lo que la motivación era 'extrema'. El equipo de Mazzarri salió desde el minuto 0 a comerse al Villarreal y así lo demostraron con los goles tempraneros de Hamsik y Cavani. El Submarino ya estaba tocado y hundido.

Roig, Llaneza y compañía deben darse cuenta de que cuando una o dos piezas fundamentales fallan, el submarino se hunde estrepitosamente. Ayer no estuvo Borja Valero y Rossi llegó demasiado tocado. De Guzmán está muy verde para la Liga de Campeones y la defensa volvió a demostrar su nerviosismo. Zapata, desde que llegó en agosto, ha destacado más por sus errores que por sus aciertos. Gonzalo Rodríguez no estaba para disputar un encuentro con tanta tensión ya que el argentino no tiene ritmo de competición.

En definitiva, el Villarreal tiene mucho que mejorar y no le vendría nada mal reforzarse en el próximo mercado invernal para estar más cerca de lograr sus objetivos.