El reparto de entradas para una final que juegue el Valencia, y que todo sea un follón que termine con el personal cabreado, lleva siendo la misma cosa desde 1995, año en el que mi generación lo vivió por primera vez, y realmente, se empezaron a montar estos pifostios. De entrada, y quien lo tome por defensa de Meriton que luego lo intente hacer sin llorar.