El acertado discurso de Baraja y las conclusiones negativas

Rubén Baraja siempre fue pragmático y directo, en ocasiones un hombre de pocas palabras pero tanto en su etapa como futbolista como ahora en la parcela técnica no deja discursos de cara a la galería. Los detractores suelen estar al acecho, y más en las derrotas. Baraja conoce perfectamente al entorno valencianista y no se va a desviar de su camino pese a que las críticas llegarán por parte de una minoría. El pasado domingo fue duro con sus futbolistas, no lo hizo por desviar la atención ni evitar ataques, su visión es constructiva y podríamos decir que incluso pedagógica.

Baraja sabe que sus jugadores son muy jóvenes, una plantilla con potencial pero que tiene que ser guiada cuando las cosas se tuercen. El halago debilita y Baraja lo reconoció tras la derrota, apeló a la responsabilidad que supone llevar la camiseta del Valencia y espera que sus hombres capten el mensaje. De la misma forma, Baraja repite una y otra vez que su sueño es el de acercar al equipo a su posición natural pese a las dificultades.

Se le acusa de no ser duro con la propiedad en público, pero lejos de caer en la condescendencia el Pipo se ha centrado en hacer su trabajo lo mejor posible y no caer en batallas que tienen difícil solución. El futuro accionarial del club y las controvertidas decisiones de Meriton no dependen de sus declaraciones en rueda de prensa. Baraja ha demostrado su liderazgo y no hay que hacer una lectura errónea del tirón de orejas a sus futbolistas.