La venta del Valencia no puede ser un chiste

Seguimos asistiendo a un espectáculo que no toca, protagonizado por los de siempre, y que no va a ninguna parte

Toni Hernández | 27 ENE. 2024 | 00:02
Mestalla

El Valencia no puede ser una broma pesada y macabra a cuenta de la venta del club. Llevamos mucho tiempo con este tema, y la verdad es que veo mucho más show que otra cosa, y eso nos debilita como sociedad por un lado, y desde luego, refuerza la postura del máximo accionista, que viendo lo que tiene delante, está mucho más que relajado.

Desde los empresarios valencianos, que fue algo para analizar aunque al menos algo vimos, hasta las muchas reuniones que se dice que hay, que luego no hay tantas, y Miguel Zorío, siempre dispuesto a justificar la razón por la que pagamos "el internet", que diría mi querido amigo Jordi Gosálvez. No vamos a entrar en cuestiones técnicas, porque realmente no valen la pena y muchas no se van a entender, pero sí daré un detalle del que ya hemos hablado durante la semana.

Lo primero que se hace cuando se encara una operación de este tipo es firmar una NDA, en inglés non-disclosure agreemen, y en español, un acuerdo de confidencialidad. Vamos, que las partes no dicen ni mu sobre lo que traen entre manos, sopena de una serie de penalizaciones que pueden llegar a ser muy serias. Aquí no, aquí hemos sacado hasta lo que había debajo de las uñas, y eso da cierto tufillo raro, muy raro.

Que no seré yo quien diga que sólo hay humo, eso será el tiempo en caso de ser así, pero que todo se ha hecho al contrario de como se suele hacer, es algo obvio. Pero mira, hemos conseguido algo más de foco, jaleo y diversión, aunque aquí nadie trae nada más que papeles, más o menos mojados, por mucho que diga que los manda al domicilio de Peter Lim, como si eso le diera algún valor extra.