El Valencia se juega mucho en Cádiz

¿Todos sabemos lo que el Valencia se juega el domingo en Cádiz? No, no tenemos ninguna final ni es un partido agónico a vida o muerte. No, ese lenguaje tremendista lo ha ido desterrando Baraja con mucho esfuerzo y mucho desgaste, como casi todo en este club. Lo digo porque me estoy encontrando con una paradoja curiosa.

Por un lado, y es normal, apelamos al equipo con aquello de que si no damos todo lo que tenemos, nos puede ganar cualquiera. Pero por otro, parece como si el miedo al abismo se nos hubiera ido, y la salvación ya fuera una cosa de coser y cantar. Copa del Rey al margen, que estando en octavos parece que ya estamos mirando hoteles en Sevilla.

¿En serio no hemos aprendido nada del año pasado? Estamos hablando muy poco de un partido que, además, para ellos sí es poco menos que decisivo. Van de capa caída, perdieron la última jornada en Granada para caer en descenso, y saben que les va la vida con los 3 puntos. 

El ambiente allí… ya lo sabemos, que el año pasado nos lo hicieron pasar peor que mal a todos los valencianistas desplazados. No soy de ir a exageraciones que no ayudan, pero este equipo, y este entorno, necesitamos vivir en tensión para no bajar los brazos pensando que ya hemos conseguido el objetivo, porque eso no está hecho, ni mucho menos, y como dice alguien dentro de ese vestuario, aún queda mucho tomate.

No tengamos prisa, sigamos apretando los dientes, no desviemos la atención sobre lo realmente importante, y pensemos como lo que somos. No se trata de que nos guste, sino de que es lo que tenemos delante de nosotros ahora mismo.