La Copa del Rey como gran oportunidad del Valencia

El Valencia debuta en la Copa del Rey y el cielo es el límite. Nadie está hablando de salir a ganarla como si es fuera una especie de obligación, pero si esta competición nos ha enseñado algo es que nada está escrito, que todo es posible, y que cuando menos te lo esperas, te acabas viendo en La Cartuja jugándote el título en la tanda de penaltis.

Esto funciona así, para bien y para mal, y por eso nunca he terminado de entender cuando no lo hemos dado toda la importancia, y respeto, que la competición requiere. No sé hasta dónde vamos a llegar, y precisamente ahí es donde radica el encanto. Porque se debe tener un plan muy claro, al menos nosotros. Es decir, la Copa le juegan unos futbolistas, como norma general, y hasta donde nos dé. Y si pasamos rondas y la cosa se pone, ya veremos lo que pasa.

Lo que tampoco se puede dar es que “pasemos” de la Liga, primero porque no vamos sobrados, ni lo vamos a ir en todo el año, y que lo que nos da de comer es eso, el torneo de la regularidad. Pero con la plantilla que hay, más la que pueda haber si en enero Peter Lim decide que los Reyes Magos vengan con algún regalo debajo del brazo, ni soñar ni pasar de todo, sólo jugar con la máxima ilusión e intensidad.

La primera parada es Logroño, que no será un partido fácil aunque estén en la categoría que están, y ojalá que esta noche podamos pensar en la siguiente ronda, en el siguiente partido, y que volver a disputar Copa en Mestalla esté un poco más cerca. Me gusta este torneo, a todos nos gusta, porque son grandes recuerdos y espinas clavadas que sólo salen volviéndolo a intentar una vez más. Juguemos, demostremos, y que el balón nos diga qué pasa.