Catastrofismo deportivo en un Valencia por construir

El fútbol levanta pasiones en todos los lugares, se pasa de la euforia a la decepción a una gran velocidad. Como decimos, no es una cuestión exclusiva de Mestalla pero debemos reconocer que en Valencia se tiende a exacerbar mucho más este tipo de sentimientos. El mercado ha terminado con un balance general de desaprobación, pero ahora es momento de centrarse en lo deportivo.

Nadie en su sano juicio puede decir que este Valencia se parezca en algo al de anteriores décadas, aunque muchos de los análisis catastrofistas empiezan a cansar a un sector más moderado que al menos quiere mantener la sensatez y la ilusión. Son curiosos algunos análisis interesados que defendían que las dos primeras derrotas eran un espejismo, que La Liga solo había comenzado. Siguiendo el mismo argumento es bastante ridículo tirarlo todo por la borda después de que el conjunto de Baraja haya sumado dos derrotas en partidos en los que perfectamente pudo puntuar.

El histerismo se ha apoderado de una parte del entorno pero afortunadamente el valencianismo tiene mucho grises y no todo el mundo vive permanentemente en los extremos. Hace falta calma, ser realistas y ver hasta donde es capaz de llegar el equipo si los jugadores evolucionan y los fichajes cumplen.