El largo camino de un Valencia que no ha dicho la última palabra

El Valencia ha ganado los dos primeros partidos de liga, es demasiado pronto para hacer análisis triunfalistas pero está claro que el equipo ha sorprendido a todos y sobre todo se ha revelado frente a aquellos que ya daban por cerrada la temporada antes de comenzar.

Está siendo un verano muy largo, muy parecido al de otras temporadas en materia de mercado pero con una crispación que no se recordaba en el entorno. La gestión del club no es aplaudida por nadie pero un sector se ha encargado de dividir a la afición hasta límites insospechados; aquellos que optaron por animar y esperar fueron calificados como cómplices a pesar de que su único delito fue acudir al estadio y no seguir las directrices marcadas por los más radicales en redes sociales. Los 6 puntos logrados en las dos primeras jornadas significan muy poco ya que queda mucho camino por recorrer, pero sí que han servido para retratar a muchos que hicieron de todo menos apoyar al equipo y a Baraja durante el verano.

¿Reconocer la realidad significa no censurar la política de fichajes? Para nada, es el discurso más populista y que solo tiene altavoz cuando el equipo no funciona. Baraja ha conseguido enganchar al grueso de la afición (más de 40.000 personas el pasado viernes), Mestalla dictó sentencia y ese debe ser el camino. Las facturas van a regresar a poco que el Valencia no sume puntos, previsiblemente las derrotas llegarán si no se hacen los deberes en lo que resta de mercado. El Valencia tiene que ir reconstruyéndose poco a poco en el apartado deportivo y Baraja lo entendió a la perfección, el primer objetivo son esos 40 puntos que el sector más pesimista (y silencioso durante estos días) sentenció que serían imposibles de conseguir.