La paciencia de Baraja como entrenador del Valencia

El Pipo sabe dónde está, conoce perfectamente la situación, ha dejado claro lo que quiere y lo que no, y mientras, sólo trabaja y trabaja

Toni Hernández | 31 JUL. 2023 | 00:01
Rubén Baraja

Rubén Baraja necesita fichajes para su Valencia. Necesita muchos, en cantidad y en calidad, y las dos cuestiones son absolutamente básicas para este equipo. Yo no sé si tenemos claro que el año pasado estuvimos a nada de irnos a Segunda, y que eso supondría un problema de nivel colosal para una mercantil endeuda como la nuestra, y sin ganas de inversión por parte de su máximo accionista.

El miedo en el cuerpo, que algunos aún no nos lo hemos sacado del cuerpo, no sé si es una tónica general, porque esa sensación debería suponer que las cosas se hubieran hecho de otro modo, de manera más rápida, que en definitiva, a estas alturas, la plantilla se pareciera mucho más a lo que el Pipo ha pedido, a lo que el equipo realmente necesita.

La catarsis era básica, era esencial, y determinados jugadores habían de salir por muchos motivos, pero esos huecos deben ser cubiertos, han de venir repuestos que superen a esos que no van a estar, y eso es algo que no está pasando. Y todo ello con la calma de un entrenador que sabe muy bien lo que hay, que aunque aparente una cosa por fuera, porque debe ser así, por dentro lo lleva como lo lleva, y que eso sí, tiene claras las reglas del juego hasta determinado punto, el que quedó claro antes de renovar su contrato por dos años.

Que el máximo problema del Valencia no es quién se siente en el banquillo es algo claro, porque la materia prima es la que marca la diferencia, la que nos hace buenos o malos. Rubén fue claro respecto a las salidas y las entradas, y ahora sólo puede esperar que le hagan caso… lo que no ha pasado con sus más recientes antecesores en el puesto.