Gabriel Paulista y su papel en el Valencia de Baraja

Gabriel Paulista debería ser el padre de toda la plantilla del Valencia, sin discusión, dentro y fuera del campo. No voy a entrar en la calidad futbolística del central español de origen brasileño, ya hemos hablado muchas veces de ello. Con un tipo de jerarquía a su lado da un gran rendimiento, pero si le toca a él ser “el bueno”, le cuesta más. No reprocho nada, esto es así desde que vino, y el pecado no es él, sino el hecho de no haber traído otro Garay desde 2020.

Pero yo ya no hablo de fútbol, sino de otras cosas que lo trascienden, de ese extra que no se y que deben aportar todos los tipos con carisma, personalidad y veteranía. Cuando tú ves a un tipo con años actuar, en cualquier sector o ámbito de la vida, le acabas imitando, para bien o para mal, y eso es algo que Paulista debe tener en cuenta. Y a fe sé que lo hace, aunque haya ocasiones en que cueste creerlo, porque le puede más el ansia que el sentido común.

Ahora mismo, ya desde hace semanas, tener ese espejo en el que mirarse es algo fundamental para todos, y si encima cuando le toque jugar es capaz de dar el do de pecho que realmente puede, con sus carencias, será otra de esas piezas clave que se necesitan para salir de esta situación.

Le tengo fe a Paulista, esa es la verdad, y eso que no es de los jugadores, hablando de fútbol, que más me gusta, pero soy de los que valora el compromiso de verdad, y él lo tiene sin lugar a ninguna duda. No le voy a pedir lo que sé que no puede dar, porque eso además sería muy injusto, pero sí que debe ofrecer lo que está a su alcance, que es mucho, pero mucho, y al Pipo y al Valencia le hacen falta como el respirar.