El Valencia tiene que ganar en Mestalla o no hay nada que hacer

Tenemos 24 puntos como locales desde hoy y hasta el final de la campaña, y este equipo debe crecer desde la seguridad con poder contar con ellos

Toni Hernández | 25 FEB. 2023 | 00:03
Gol del Valencia

El Valencia tiene que ganar los partidos de Mestalla de aquí a final de Liga. ¿Todos? Pues hombre, a ser posible, porque eso nos aseguraría no tener que llegar al final con los deberes pendientes, y además, espero que fuera de casa rasquemos también, que eso lo termina haciendo todo el mundo en mayor o menor medida. Además de la Real Sociedad, deben venir Osasuna, Rayo Vallecano, Sevilla, Valladolid, Villarreal, Real Madrid (el día del Centenario de nuestro campo) y el Espanyol.

Hay de todo, como vemos, los de arriba, los de en medio y los de abajo, con lo que realmente queda claro que lo importante es cómo estemos nosotros, ni más ni menos. Hasta la fecha, los números como locales no son nada buenos, como casi todo este año. 4 victorias, 2 empates y nada menos que 5 derrotas, es decir, 15 puntos de 33, menos del 50%, y siendo locales. La racha en los últimos 7 duelos es para mirar hacia otro lado, con una única victoria, 2 empates y 4 derrotas, lo que indefectiblemente nos condena a estar en la parte más baja de la tabla luchando por evitar el descenso.

Lo más duro también de todas esas estadísticas es cómo se llega a esos resultados. De los 11 partidos, nos hemos adelantado en 8, y sólo hemos podido ganar la mitad de los mismos. Cuando ha marcado antes el rival, nunca hemos podido siquiera empatar, ya que han sido 3 derrotas por 0-1 Todo muy raro, muy extraño, muy como está siendo esta campaña que no hay por dónde cogerla.

Pero todo eso ha de cambiar, y debe hacerlo desde hoy mismo, porque no tenemos más margen de error, no hay más tiempo para nada, y nos estamos jugando la vida entera. El equipo debe empezar a ganar como local, nosotros le tenemos que ayudar, hay que apretar los dientes y el trasero, y estar listos para sufrir como hacía mucho tiempo que no lo hacíamos. Pero juntos, y en casa, apoyando a muerte.