Cuando en el Valencia siempre gana el mismo discurso, aunque cambie

Da igual lo que pase, porque puede ser una cosa y la contraria, porque siempre hay quien dice tener la razón, y por supuesto, ya lo sabía todo

Toni Hernández | 13 SEPT. 2022 | 00:02
Mestalla

El win win en el entorno del Valencia es el pan nuestro de cada día. Pero en todo, da igual el argumento o el tema, porque hay cierto sector que siempre gana, y otro que siempre pierde, y curiosamente todo anda ligado a ciertos guardianes de la moral de lo que, al menos quien suscribe, empieza a estar mucho más que harto. Lo hemos podido ver en un par de casos recientes, pero se puede aplicar a mil situaciones más. Empiezo por Cavani. Nadie daba un duro porque viniera, y de hecho todo eran mofas sobre su llegada.

Un viejo que cobraba mucho y sólo iba a pensar en el Mundial… hasta que se cruzaron los nombres de la Real Sociedad y el Villarreal, momento en el que el uruguayo ya volvió a ser uno de los 5 mejores goleadores de la década en Europa, y una gran operación… si la cerraba alguno de estos dos equipos. 

Cuando se decidió por el Valencia, los mismos que lo llamaban viejo, pero que a su vez daban por excelente su llegada a cualquier otro sitio, decían estar encantados. Habían ganado. De hecho, todo el rato. Con Juan Mata, que ha terminado de forma distinta, sucede algo muy similar.

Lo tenía hecho con el Betis en julio, y nadie dice nada, es más, alguno comenta que viene a retirarse y a trotar. Luego se pone a tiro del Valencia y es un fichaje maravilloso (que lo era, sin duda), y cuando no se hace, es que Lim es esto y lo otro (deja de ser un viejo que viene a terminar su carrera aquí).

Después va al Galatasaray, liga menos y con un salario que aquí no se le podía pagar por Fair Play Financiero, y es que somos un atajo de ceporros. Siempre ganando, da igual cómo y con quién, pero ese win win es como un credo que se sigue a rajatabla. Que lo haga el Valencia luego es relativo, porque aquí siempre priman los intereses de cada uno. A estas alturas, ya no sorprende nada a nadie.