El sopado del valencianismo a todos los que dicen saber tanto de él

Se pone todo en duda, y eso sólo parte de un interés oscuro, porque a estas alturas se debería saber cómo somos realmente

Toni Hernández | 27 AGO. 2022 | 00:03
Mestalla

El guantazo de realidad del valencianismo este verano ha sido épico. Lo digo contento, mucho, y a grito pelado aunque sea a través de un teclado. De todas las cosas negativas que pasan en nuestro entorno, la que puede conmigo es cuando se le falta al respeto a la afición, por parte de quien sea, y encima se alardea de conocerla y adelantar qué es lo que va a hacer.

Que luego nunca es eso, sino lo que se quiere que ocurra en función de la parte del relato en la que cada uno se encuentre. Se ha puesto en duda la fidelidad del aficionado valencianista, su sentido de pertenencia. Se ha dicho que había desapegó, desilusión, alejamiento, hartazgo, que Meriton nos había echado a todos. No es lo que yo veía, no es lo que se vivió en Mestalla en las semifinales de Copa frente al Athletic, y mucho menos en Sevilla antes y después del encuentro.

Y el punto álgido ha sido la campaña de abonados. El club manejó la acción de forma brillante, con un mensaje maravilloso que nos llegó a todos, y teniendo como hilo conductor el centenario de Mestalla, que será el mes de mayo del año que viene. 31.000 abonados renovados y más de 5.000 nuevas altas para superar los 36.000 pases. Muchas preguntas en torno a estas cifras, muchas, y casi ninguna buena, porque se dio por sentado que no había ni 25.000 y que este año serían todavía menos.

La grandeza de la afición del Valencia es infinita, y  que algunos de fuera no lo tengan claro puede tener un pase, pero que eso les ocurra a los de aquí, por las razones que sean, es algo que no me puede entrar en la cabeza de ninguna de las formas. Con nuestras cosas, que perfectos no somos, pero no hay nadie más grande que nosotros. Nadie.