¿Quién fue el que no obligó a Peter Lim a firmar que debía terminar el estadio?

Nadie obligó a Peter Lim a firmar que se terminara el Nuevo Mestalla. Y eso es un crimen que, por una lado quedaría sin castigo, y por otro, ha maximizado la losa que ya estaba sobre nuestras cabezas. Aquí no queremos entender que hay dos movimientos que son esenciales para que el Valencia pueda sobrevivir. Y digo sobrevivir, que vivir o crecer son dos estados posteriores.

Se ha de terminar el futuro estadio, porque eso te va a generar muchos más ingresos que el actual por una parte, y por otra, te va a permitir vender Mestalla, un solar de 33.000 metros cuadrados con rectificaciones urbanísticas de primer nivel, que servirán para acabar con la deuda histórica e histeria que nos persigue poco menos que desde el origen de los tiempos. Y eso es así.

Por ello, el que en el contexto de compra del Valencia no se dejara perfectamente claro que el campo debía terminarse, y que se desarrollara un protocolo claro de cómo se iba a gestionar la venta del actual estadio, es algo gravísimo. Sí, Aurelio Martínez habló de “si nadie paga por las parcelas, se las quedará Lim”, pero eso tampoco está firmado, con lo que siguen siendo brindis al sol que no sirven nada más que para tirar de hemeroteca y cabreados todos hasta límites insospechados.

Ese “detalle”, que entiendo que se tuvo que hablar en el proceso de venta, porque en caso contrario lo entenderé todo todavía menos, nos ha matado y nos ha condenado. Yo tampoco me quiero ir de Mestalla, pero también me gustaría tener un ático en torno al Mercado de Colón, y no me lo puedo permitir, así es la vida.

Nuestro presente y nuestro futuro pasa por el Nuevo Mestalla, y un día, por favor, que alguien que estuviera dentro del proceso de venta, que tenga la gentileza de explicarnos por qué carajo eso no lo hicieron firmar a Lim.