La intensidad como argumento en la crisis del Valencia

Cuando no se deja todo en el terreno de juego está claro que el Valencia no tiene la capacidad para ganar a nadie. El equipo ha sufrido incluso ante conjuntos de menor categoría como el Arenteiro o el Cartagena, y en otros encuentros de liga se ha visto la peor cara. Aunque Bordalás incida en este aspecto está claro que no es la única razón de la crisis de resultados en La Liga. Es incomprensible que no se haya fichado a un pivote defensivo, y frente al Alavés el técnico tuvo que recurrir en los últimos minutos a un todavía convaleciente Hugo Guillamón.

Bordalás ha optado por no cargar las tintas en rueda de prensa a colación de la planificación, ya habló durante el mercado y aunque llegó Bryan Gil es un secreto a voces que no quedó satisfecho con lo que se fichó. Partiendo de la base que la plantilla no da para mucho más, también hay que reconocer que encuentros como el de ayer no se pueden tolerar. Y es que a pesar de las dificultades el equipo demostró el pasado jueves que es capaz de competir con sus armas, no se explica la imagen tan diferente que se vio en Mendizorroza.

El Valencia debería imponerse al Alavés y esta vez no hay excusas que sirvan, suspenso para los jugadores en el día de ayer y la sensación de que Bordalás tampoco supo sacar esta vez lo mejor de los suyos ni manejar las rotaciones de manera coherente. El resultado es que el Valencia cae a zona de nadie en La Liga y como lección el equipo debe aprender que sin dar el 100% a este Valencia le da para muy poco.