De José Bordalás, entrenador del Valencia

Por encima de todo soy del Valencia, pero a lo largo del tiempo he encontrado algunos referentes que me han hecho ser también de ellos por su liderazgo, por su carisma o por si sentido de pertenencia. Sigo poniendo por delante, de largo, a la entidad, pero al final, el Valencia son también las personas que lo forman, y ahora mismo tenemos la suerte de tener como entrenador a un tipo que a los 57 años sabe que cumple su sueño, que ha tenido que pegar muchos barrigazos para poder llegar a un banquillo como este, y que está peleando con todo lo que tiene, y lo que no tiene, para que esto salga bien. Lejos de convertir el entorno en casa de locos, o darnos carnaza a la opinión pública, lo que demuestra Bordalás es que el Valencia le importa, que le importa mucho, y que quiere dar su opinión sobre las cosas con el fin de mejorar, no para pintarle la cara a nadie ni tampoco para que haya más argumentos para cargar contra la propiedad.

Porque a Meriton, a Peter Lim, sólo con analizar el día a día, ya hay para darles hasta en el carnet de identidad de forma constante. Se les puede machacar simplemente por el hecho de haber vendido o regalado 4 jugadores que jugaban de medio centro, en dos años y medio, Coquelin, Kondogbia, Parejo y Wass, y no haber firmado ni uno solo. Pero si esa guerra, que se tiene por muchas otras cosas, se traslada a quien no toque, y no vale eso de que es el único que da la cara (razón de más para mostrarle respeto), se lleva a un campo distinto al que toca, lo que podemos conseguir es quemar mucho más aún a quien no le toca, al menos en determinadas cuestiones.

Murthy no debería ser el presidente del Valencia, pero si no hay otra, que al menos haga su trabajo, que asuma responsabilidades y que no tenga amordazado a nadie, porque al final, quien debe dar explicaciones sobre el mercado de fichajes se llama Miguel Ángel Corona, pero le tienen que permitir hacerlo, no hay más. Bordalás podía haber puesto muchas bombas, tenía motivos, pero él sabe que eso no ayuda, y por eso, porque pone por delante el proyecto y el club, uno se siente identificado con él, y quiere que las cosas le salgan bien. Porque se lo está ganando.