El nivel de exigencia a Bordalás como entrenador del Valencia

No se le puede pedir lo mismo que a Javi Gracia, pero tampoco se nos puede ir la cabeza, porque sigue habiendo mucha gente por delante... sobre el papel

Toni Hernández | 11 SEPT. 2021 | 08:30
Abrazos en el Valencia

El nivel de exigencia que le debemos pedir a José Bordalás como entrenador del Valencia no es el mismo que el de Javi Gracia, eso es evidente. Lo mismo que jamás debimos caer en el error de creernos que lo único que podía hacer la plantilla del curso pasado era quedar el cuarto por la cola y a otra cosa. La plantilla es mejor, mucho mejor, tampoco lo vamos a discutir, y además, se cuenta con un factor del que hablamos poco pero que es muy importante. Hay una serie de jugadores que tienen un bagaje en Primera que no habrían tenido en otro contexto, y que ahora mismo es algo que se tiene que aprovechar.

Hugo Guillamón o Yunus Musah son dos ejemplos claros, lo mismo que Thierry Correia. El nivel de crecimiento futbolístico y mental de gente como Gayà y Soler tampoco se puede pasar por alto, y eso unido a los que ya estaban (que más de uno tiene un nivel superior al visto el año pasado), y los fichajes, hacen que este Valencia tenga que mirar más alto. Y eso no significa que el objetivo tenga que ser Europa y si no estamos hablando de un fracaso. Hay que recordar los equipos que, al menos sobre el papel, están por delante de nosotros. Atlético de Madrid, Madrid, Barcelona, Sevilla, Villarreal o Real Sociedad ya son 6, pero también existen otros como el Betis que tiene un segundo año con el mismo patrón. Es decir, los pies en el suelo, más que nunca.

Aunque repito, así como el año pasado se nos fue la mano en todo, en bueno y en malo, en esta ocasión debemos evitar cometer el mismo error, para variar. Competir siempre, buscar la victoria, apretar para estar lo más alto posible, pedir más que el año pasado, pero siempre siendo muy conscientes de lo que somos y del contexto en el que nos movemos. Y si eso no le molesta a nadie, que no debería, no es nada malo, por cierto.