Peter Lim, da el maldito OK a los fichajes del Valencia de una vez

Este equipo, con los lesionados y sin caras nuevas, no puede dar más de sí, y eso es algo que no se puede consentir de ninguna forma

Toni Hernández | 26 SEPT. 2020 | 17:54
Jaume Domènech

El Valencia - Huesca era muy importante para el equipo de Javi Gracia. El técnico ya arriesgaba dejando a Lee en el banquillo, y dando otra oportunidad más a Guedes. Los visitantes empezaban mandando, jugando mucho en cambio rival, y con mucho peligro. Los locales eran un manojo de nervios, sin balón y sufriendo atrás de un modo extremo. Los 10 primeros minutos fueron un monólogo oscense, y desde ese momento, el Valencia entró un poco más en el choque.

Pero de forma muy endeble, sin pisar el área rival, con lo que es mucho más complicado. El partido caía en la mediocridad, y eso lo aprovechaba el Valencia para mejorar, aunque fuera sólo un poco. El balón para era el oxígeno ofensivo, pero sin demasiado éxito. Pero en una de esas, quizá la peor sacada porque no hubo remate, Wass la ponía al área, nadie la tocaba… y el balón entraba mansamente en la red. Era el minuto 38, el Valencia hacía el 1-0, y era poco menos que milagroso. Sin más, el encuentro, el raro encuentro, se marchaba al descanso ese resultado en el marcador.

La segunda parte empezaba sin cambios, pero con la necesidad de que el equipo diera bastante más de sí. Sin que pasara demasiado, el Huesca empezaba a mandar de nuevo. Jaume hacía dos paradas enormes para salvar al equipo pasado el primer cuarto de hora de la reanudación. Y en el 62 lo volvía a hacer otra parada. Aunque a la cuarta seguida, Siovas, hacía el justo tanto del empate. Se marchaban Jason y Vallejo, y entraban Musah y Gameiro, porque había que it a por el partido… otra vez.

Al menos espabilamos, nos fuimos un poco mas arriba, y eso, defendiendo bien y con cierta calidad arriba, siempre es mejor que vivir en la nada. Pero el Huesca quería ganar, y en el 71, Okazaki mandaba un remate al larguero… En el 75, en una doble acción, el Valencia podía marcar, pero el portero local lo atajaba. En el 84 se marchaba del campo Guedes y entraba Kang in Lee. Los minutos de la verdad, para el surcoreano. Gameiro, después de una buena combinación, podía marcar en el 87, pero su remate se iba fuera. Hasta el final no hubo nada más, y el la sensación es la misma: sin fichajes, este equipo no da más de sí.