Jugar un gran partido fuera de casa, ¿te acuerdas, Valencia?

¿Nos acordamos del último gran partido que jugó el Valencia fuera de casa? Tampoco hace tanto, en número de encuentros, y además fueron 2 en el espacio de 3 días. El 7 de diciembre se ganó al Ajax de Amsterdam para ser primeros de grupo y meternos en los octavos de final de la Champions. Un gran encuentro, quizá de los mejores del año, que tuvo un premio a la altura. Y 3 días más tarde, en una enorme segunda mitad, se ganaba el derbi de la ciudad al Levante por 2-4, después de ir perdiendo 2-0 al filo del descanso y con Cillessen lesionado en el ecuador de la primera mitad.

Desde entonces, desastre tras desastre, goleada tras goleada en contra, salvo algunos empates como contra el Valladolid sobre la bocina, y frene al Alavés por un punto de falta de ambición. La Copa, contra los 2ªB, la dejamos al margen, claro. Pero llega el día de cambiar la dinámica, por causa de fuerza mayor. Si el Valencia gana al Eibar se mete en la pelea. ¿En cuál? En la que de todo es posible a falta de 21 puntos cuando nos marchemos de Ipurúa... siempre que se consiga el triunfo.

Hay que volver a hacer otro gran partido como visitante, un encuentro completo, tipo la primera mitad de Osasuna, pero intentando que sea en 90 minutos y no sólo en 45, que todos los días no suena la flauta. Capacidad para ello hay de sobra, y esperemos que después del triunfo del fin semana, también haya confianza. Esa que parece haber sólo dentro, pero que cada vez es más fuerte y sólida. Hacer un gran partido fuera, ganar y pensar que esto no ha terminado todavía.