Cuando todo lo que hace Peter Lim en el Valencia está mal... cuando igual no lo está

“No hay nadie al volante del Valencia de Peter Lim”. Esta es un frase que se ha convertido en una especie de estigma desde el pasado verano, cuando salieron, primero Marcelino García Toral, y luego Mateu Alemany. Siempre hemos tenido claro que las cosas buenas pasan en este club a pesar de Peter Lim, y las malas por su culpa, por su dejadez, por su distancia a la hora de dirigir el club, porque pasa, porque le da igual, porque sólo pone a amiguetes en los cargos importantes… No podemos negar que muchas cosas se han gestionado o hecho mal, porque hacerlo todo bien es imposible… lo mismo que hacerlo todo mal, aunque siempre nos olvidamos de esta segunda parte de uno de mis dichos favoritos, dicho sea de paso.

El Valencia se llevó palos por la gestión del COVID-19, por la negociación con los jugadores, por las decisiones de Rubiales en cuanto a quién iba a Europa, por la vuelta a los entrenamientos, por su postura respecto al modelo de negocio del fútbol en el corto y medio plazo… pero resulta que LaLiga elogia al club y le pone como ejemplo respecto al tratamiento del coronavirus. Con los jugadores se alcanzó un acuerdo, y aunque se aplicó un ERTE a trabajadores, la empresa, el Valencia, les completa el sueldo (a la casi totalidad). Todo lo hecho respecto a medidas de seguridad sanitaria ha permitido volver a la plantilla al trabajo, y se mandó un escrito a UEFA en forma de queja, y el máximo organismo europeo dijo que a la Europa League iba el séptimo. ¿Moraleja? Todo bien no, es imposible, pero todo mal, desde luego, tampoco.