La verdad del verano más complicado en la historia del Valencia reciente

El gran problema de este enigma es que nadie ha dicho toda la verdad, sólo algunas "verdades interesadas", y hay muchos cabos sueltos

Toni Hernández | 22 MAR. 2020 | 07:30
Alemany y Marcelino

¿Qué pasó en el Valencia el verano 2019? Es posiblemente el gran misterio de este club de los últimos años. Y es más que probable que siga así para los restos. No me gusta, no nos debe gustar, porque un cambio tan drástico como el que se dio se tendría que explicar con detalle, desde todos los puntos de vista, y con absoluta libertad por parte de de todos los implicados. El único que se ha “despachado” ha sido Marcelino, que con su finiquito pactado en un acto de conciliación hace meses y su cobro asegurado, ha dicho lo que le parecido, como le ha parecido y donde le ha parecido. ¿Verdad o mentira lo que ha dicho? Su verdad, es decir, una parte de la misma, o para ser más precisos, una visión de ella. Ni se puede tomar como absoluta ni desdeñarla.

¿Dónde estaban las diferencias en un equipo de trabajo que pudo gastar más de 260 millones de euros en 3 ventanas de verano y 2 de invierno? ¿Qué problemas había con quien decidía altas y bajas, y finiquitos de contratos importantes, amén de no reparar a la hora de contratar ayudantes sin fin en cualquier parte del país? ¿Qué fue lo que encendió la mecha, y más en concreto, a quién? La postura de Mateu Alemany, ahí está la clave. ¿Qué paso con el balear, cómo se posicionó, por qué y con quién? Y sobre todo algo que planea en el ambiente y no tiene respuesta: ¿qué pasó además que no nos han contado? El valencianismo se merece una explicación, y debería exigirla aun con el tiempo pasado.