Volver a tocar fondo, el miedo de la afición del Valencia

El ánimo del valencianismo vuelve a estar muy bajo y hay temor. La experiencia vivida en el pasado invita a ello y el club no puede repetir los mismos errores

Jose Hernández | 24 FEB. 2020 | 08:01
Pañolada en Mestalla

Poner una venda para intentar tapar los problemas que está viviendo el Valencia CF en la actualidad no ayuda en absoluto, tampoco lo hace crear un clima de guerra permanente en el que el equipo termine siendo el principal perjudicado. La situación es difícil y por ello se debe ser crítico, sin silenciar las actitudes negativas que ha tenido la propiedad pero asumiendo el contexto accionarial del club. Peter Lim compró el Valencia en un momento caótico después de que los anteriores dirigentes dieran una lección de ineptitud. Pero el pasado no exime a Meriton de la gran cantidad de errores y decisiones inexplicables que han tomado durante estos años.

Desde su llegada el Valencia ha ganado una copa y fue en buena dirección durante un tiempo, pero también caminó en el lado oscuro más de dos años y abrió incógnitas que generan muchas dudas. El misterio del Nuevo Mestalla es una de ellas. La arrogancia y el ego de los propietarios del club es otra de las cosas que duele al valencianismo, cada vez la entidad tiene menos cercanía con la afición a pesar de que recurre a ella cuando lo necesita.

Prescindir de Mateu Alemany fue una decisión inexplicable, no era el momento porque el balear demostró estar a la altura de las circunstancias y fue la persona que lavó la cara del club durante muchos meses. De nuevo se impuso la precipitación y el oscurantismo, fue un momento caótico que tuvo su punto culminante el día que Anil Murthy se encaró a los aficionados desde el palco de Mestalla. El Valencia vuelve a realizar maniobras extrañas en el asunto de los fichajes y las posibles ventas, por eso el aficionado tiene miedo. Tiene miedo de que el club vuelva a caer en la deriva y se convierta de nuevo en un actor secundario del fútbol nacional debido a los errores de Meriton.

El bajón deportivo del equipo es una señal de alarma, pero detrás del trabajo de Celades y la actuación de los jugadores (no hay que olvidar que técnico y futbolistas también son grandes responsables) existe mucho más. No es una buena elección establecer la ley del silencio y convertir al Valencia CF en un búnker en el que hasta los principales protagonistas no se se atrevan a dar su opinión. Ya sabemos como acabó la travesía en el desierto vivida entre 2015 y 2017, no se debe volver a repetir.