Ridículo del Valencia en el peor momento, pero seamos fríos

Una primera parte terrible condena al equipo, que encima se quedó con 10 por la rigurosa expulsión de Dani Parejo ya con 3-0

Toni Hernández | 19 ENE. 2020 | 13:51
Kevin Gameiro

El Valencia salía a por la victoria en Mallorca con cambios pero con un once de las máximas garantías, y un banquillo de lujo, además de con una enfermería, de nuevo, abarrotada. Y no pudo empezar el encuentro peor, porque Parejo veía la quinta amarilla en el minuto 6 (se pierde el duelo contra el Barcelona) después de hacer una falta… y en el 7, al botar esa falta, el equipo local hacía el 1-0. Los primeros minutos fueron horribles, y con muchas impresiones atrás. La bofetada hizo reaccionar al equipo, como casi siempre, y desde ese momento empezó a mandar más en el choque. Llegado el minuto 20 daba la sensación de que el Valencia era un punto mejor, pero no llegaba al área rival con peligro. Pero las cosas se ponían peor aún en el minuto 23, cuando Coquelin perdía un balón absurdo en el área, y un disparo de Dani se envenenaba tocando en Budimir y se convertía en el 2-0. Terrible todo, un horror, no hay otro calificativo. Ese segundo tanto hozo mucha más mella en el equipo, que estaba irreconocible. Antes del descanso, en una jugada de sonrojarse, el Mallorca hacía el 3-0 y dejaba el partido listo, al menos en teoría. El Valencia no podía estar peor. Celades daba paso a Ferran por Cheryshev antes incluso del descanso. La primera parte terminaba como si hubiera sido una pesadilla.

La segunda parte empezaba sin cambios, pero como hemos dicho otras veces, con todo por cambiar. Aunque todo parecía terminar en el minuto 50, cuando el árbitro sacaba la segunda amarilla a Parejo, vergonzosa porque no era, y el Valencia se quedaba con 10. Los minutos pasaban y era lo mejor que podía suceder. Kang in Lee volvía a jugar saliendo al campo por Kevin Gameiro. Ni el Mallorca parecía querer hacer más daño, ni al Valencia le daba para ningún alarde. Faltando 10 minutos Dani Rodríguez hacía el 4-0, un golazo que no tenía respuesta posible. Una puntilla dolorosa a una mañana terrible. Ferran acortaba distancias en el 81 con un buen gol. Un día para olvidar y para aprender, pero que es posible que tenga cierto tipo de consecucias, y de fichajes.