"El escudo del Valencia se respeta siempre": hablemos

"El escudo del Valencia se respeta siempre, Toni”. Mi amigo Ramón Albors es un tipo de sentimiento y corazón, valencianista desde la cuna, y que siente las victorias y las derrotas como algo mucho más que fútbol. “Para mañana ya te dejado el titular: respecto al escudo y al valencianismo”, me decía después del partido contra el Madrid. Mi respuesta fue distinta a su argumento, y como él conmigo, no pretendo convencer a nadie de nada: “no estoy para nada de acuerdo, por muy mal que hayan estado hoy. Era un bolo desde el momento en el que se pasa a este formato, no hay que darle más vueltas. El escudo lo están respetando cuando toca”. "El escudo del Valencia se respeta siempre, Toni”, me decía. Y la conclusión es sencilla: “el escudo es el aficionado, el profesional cobra por otra cosa, y eso no lo vamos a entender nunca. El escudo es el Valencia para nosotros”.

Si pedimos al profesional que sea aficionado, el futbolista puede pedirnos luego que seamos profesionales, y aquí cada uno tiene su labor y su papel. Y estoy muy de acuerdo con lo que me decía Ramón ya con los dos a punto de discutir: “yo no te voy a convencer a ti ni tu me vas a convencer a mi. Porque yo no pretendo convencer a nadie. Yo hablo de sentimientos, de mis sentimientos. Y el fútbol sin sentimientos son 22 tíos en calzoncillos dándole patadas a un balón, es decir, NADA. Hoy los jugadores del Valencia se han arrastrado por un campo de fútbol disputando la Supercopa a la vista de millones de personas y han deshonrado la camiseta y el escudo. Y además, estoy muy extrañado, porque estos jugadores no lo hacen nunca. Y lo hacen hoy, justamente hoy, disputando el acceso a un título, despreciándolo como si aquí ganáramos uno todos los años”.

No voy a decir que no comparta parte del pensamiento, pero no todo, porque simplemente no es así, o al menos así lo entiendo. Y es más que posible que lo dicho por mi querido Ramón fuera el sentir general de todos, pero a un profesional se le paga por lo que le paga, por nada más. Y está claro que luego cada uno tiene su sentido de pertenencia, y que cada uno lo vive a su manera. Pero si este grupo ha demostrado algo en este tiempo es que respeta a este club, incluso cuando se dan batacazos que nos hacen sonrojar a todos.