El fichaje del nuevo director general del Valencia: no entendemos muchas cosas

Quien venga no lo va a tener nada fácil por muchas cosas, y queda claro que el entorno lo tachará de marioneta el primer día

Toni Hernández | 15 NOV. 2019 | 08:00
Peter Lim

El fichaje del nuevo director general del Valencia va a ser un problema. Y lo decimos por varias cosas. La primera, evidente, porque el legado que deja Mateu Alemany es enorme, el hueco es gigante, el trabajo ha sido extraordinario, y el éxito inmediato también. Es decir, el que venga tendrá que convivir con esa presión, que es la de cualquier club grande, porque lo tendrá que hacer todo bien y desde el primer día, ya que las comparaciones van a ser inmediatas e inevitables. Y después está el tratamiento que le va a dar el entorno, es decir, cuando el balear dijo “quizá ya no soy útil porque el barco va, y va mucho”, el mensaje era claro: esto era un desastre hace dos años y medio y ahora es un cañón, y quien venga no sólo no debe estropearlo, sino que debe mejorarlo, dar ese salto del que todos llevamos tiempo hablando.

Quien sea el elegido tendrá además que lidiar con un entorno que de salida lo va a llamar pintado, es decir, como le ocurrió a Albert Celades, tendrá el cartel de marioneta de Peter Lim. Al final, y eso lo dijo el propio Mateu, no nos damos cuenta que todos son empleados suyos, porque es quien los contrata, y confundimos jerarquía empresarial con pleitesía medieval, como si nadie en la vida hubiéramos tenido un jefe que nos hubiera marcado lo que teníamos que hacer. Sinceramente no sé quién será el nuevo director general, lo que tengo claro es que los comienzos serán muy duros y la exigencia más que elevada. Y que el primer día tendrá poca ayuda o ninguna… como le pasó a Mateu Alemany, “que era un señor que no conocía el club y ocupaba un puesto para el que había mejores candidatos de casa”.