Un Valencia al que no hay que dar por muerto nunca

La de Cornellà fue una victoria balsámica en todo, el equipo sumó tres puntos importantísimos y cogió moral de cara al decisivo choque de Champions frente al Lille. Hay que ser rigurosos en el análisis y reconocer que la cara de la primera parte fue muy mala, ese no es el camino para un Valencia que tiene que estar en la Champions todos los años, pero también es necesario reconocer la capacidad de reacción que tiene el equipo y valorar algunas decisiones de Celades. La comparación con Marcelino siempre está presente, el Valencia actual es mucho más endeble en defensa y no ofrece la seguridad del de la pasada temporada, pero el técnico catalán es más flexible a la hora de introducir modificaciones y en los últimos encuentros su mano se notó. No fue solo en la elección de los cambios (con Marcelino se estaba acostumbrado a ver cambios hombre por hombre y los partidos no solían cambiar de escena demasiado), el Valencia terminó jugando con cuatro futbolistas de ataque (hasta el último cambio de Sobrino) y navegando hasta que logró el gol del triunfo.

No hubo conformismo y los jugadores creyeron hasta el final en la victoria, la moral y la casta de la plantilla fue valorada por Celades en rueda de prensa. Son las notas positivas de una semana que ha sido difícil y en la que se ha ido de menos a más en materia de resultados. Ahora el valencianismo está centrado en otra final, el partido ante el Lille.