El Valencia debe poner fin a la autodestrucción

Opinión/ En poco más de cuatro meses el proyecto ha sido decapitado y lo que es peor, las perspectivas no son nada buenas si se camina en la misma dirección

Jose Hernández | 09 OCT. 2019 | 08:00
Anil Murthy

Ni el más pesimista de los aficionados podía pensar en el mes de mayo que el Valencia viviría unos meses tan complicados como los últimos. Son demasiados incendios y queda la sensación de que el club se está autodestruyendo poco a poco. La peor elección de todas fue la de apartar a Mateu Alemany de las decisiones principales, el balear acudió al rescate hace dos años y demostró que bajo su mando se podía construir una entidad respetada y un equipo competitivo. Actualmente el club está huérfano de un capitán, o al menos no tiene a una persona de fútbol con el suficiente bagaje como para liderar la nave. La destitución de Marcelino conmocionó al aficionado, fue una decisión totalmente equivocada por las formas y los tiempos, aunque en este caso existiría mucho debate sobre los motivos que llevaron al asturiano al paro; en esa guerra no existieron blancos y negros pero sí muchos grises que el club no ha querido matizar de manera pública.

Pero lo realmente inexplicable es la forma en la que Meriton (en la figura de Anil Murthy) está llevando la crisis institucional. El desarraigo y la falta de tacto ha terminado cansando a unos aficionados que el sábado mostraron su desacuerdo. Los gestos del presidente fueron totalmente inaceptables y lo más triste es que no parece que exista un arrepentimiento real. El valencianismo no merece ese desprecio. Dicho eso, sería momento de que los gestores del club volvieran al camino correcto e intentaran trabajar en la construcción de un proyecto consecuente y abierto a las sensibilidades de las personas que cada domingo llenan Mestalla. Porque el bien del Valencia será el bien de Meriton a la larga; la batalla de egos y las muestras autoritarias no benefician a nadie.

El aficionado tiene todo el derecho a expresarse y mostrar su indignación sin ser ninguneado. Debería ser la primera regla. Pero también es primordial entender la realidad del club y no pedir situaciones utópicas que en este momento es muy complicado que sucedan. Es posible que Peter Lim venda su paquete accionarial en el futuro, pero, ¿alguien tiene la certeza de que eso será la solución definitiva para el Valencia CF?, ¿serán los supuestos compradores los salvadores que necesita la entidad? Al margen de ello, ¿quién tiene la fuerza económica para hacer una oferta que haga plantearse a Meriton la venta? en Valencia parece que muy pocos en este momento. Por todo ello, es obvio que hay pocos argumentos para alabar a Peter Lim y su gestión al frente del Valencia, pero sí existen las herramientas para poder reconducir la situación. Para que esto pase hace falta calma, que la propiedad abandone el camino de la autodestrucción permanente y sobre todo respete y escuche a sus aficionados.