Kevin Gameiro y un año vital en su carrera como futbolista

El delantero francés tiene por delante el reto de demostrar, esta vez desde el comienzo, que la confianza en él es por algo

Toni Hernández | 24 JUL. 2019 | 09:00
Kevin Gameiro

Uno de los fichajes más criticados en la historia reciente del Valencia ha sido Kevin Gameiro. Y me pongo el primero en la lista, porque no entendí el esfuerzo que hizo el club después de ver su primera parte de campeonato, en general, y esa obstinación de Marcelino en que tenía que ser él y no otro. 10 goles y 7 asistencias después, desde la vuelta de las vacaciones de Navidad, me hicieron cambiar de opinión, a mi como a todos, porque vimos a un Gameiro físicamente mejor y con toda la confianza del mundo. El climax llegó con el gol en la final de Copa, esa sangre fría para recibir, hacer el recorte sin precipitarse, y pegarle un latigazo que si hoy compañero Jasper Cillessen sólo pudo ver cuando entró en la portería.

Este año pinta de un color distinto. Se ha traído a Maxi Gómez y se queda, al menos de momento, Rodrigo Moreno, y falta por ver el papel del cuarto delantero, que seguramente irá en función de quién acaba siendo el mismo. Gameiro sabe que parte con esa confianza de la que hablábamos antes, pero también con cierta desventaja, y que quizá le toca asumir a él ese papel siempre delicado de ser el punta que menos juega pero que cuando sale siempre debe resolver. Hacer de Santi Mina para explicarnos mejor. Eso el año pasado no se podía ni pensar, pero ahora, con todo lo bueno pasado, es un contexto más que posible. En breve empezaremos a salir de dudas.