Viva la madre que os parió: Marcelino y plantilla del Valencia

El equipo y la afición ganan un título, pero sobre recuperan la dignidad, la grandeza, el sentirse orgulloso de ser del Valencia

Toni Hernández | 25 MAY. 2019 | 23:02
El Valencia en Sevilla

El Valencia ya había ganado en Sevilla muchas horas antes de empezar el partido, porque los más de 20.000 valencianistas que viajaron a la capital andaluza y los cientos de miles que se quedaron en casa, en Valencia y en ele esto del mundo, le decían al universo a través de las redes sociales que esto era mucho más que un partido de fútbol. Se dio una lección gigante a todo el país sobre cómo se siente un equipo de fútbol, cómo se vive, cómo se sufre y cómo se celebra. Desde la llegada hasta la entrada al campo, pasando por el recibimiento al equipo, el himno, el partido… la mejor afición del mundo dando una lección de todo lo bueno que tiene y que es en el mejor escenario posible y llevando a su equipo en volandas. Emocionante, precioso, de poner la piel de gallina. Ese gol de Gameiro, ese 1-0, ese volver a vivir algo que te quiebra la voz, eso, no tiene precio.

Cómo se sufrió, cómo se vivió, cómo se festejó. Apretaban cientos de miles de personas, en todo el mundo, en Sevilla, en Valencia y en cada rincón donde un valencianista vivía el partido. Increíble, maravilloso, tremendo, fantástico, inolvidable, llámalo como quieras, pero Sevilla es Sevilla, y en la historia de este club cada día un poco más. No hay palabras, ahora mismo al que suscribe le tiemblan las manos escribiendo, porque la emoción es mucha, las ganas más. Somos campeones de Copa, y el futuro que viene tiene pinta de ser mucho mejor.