Valencia, las finales no se juegan, se ganan

LLegar está muy bien, pero no somos un equipo pequeño, y aquí hemos venido a llevarnos ese título y hacer historia de la más grande

Toni Hernández | 25 MAY. 2019 | 00:01
Mata y Villa

Los tópicos se usan tanto en el mundo del fútbol porque son verdades como puños, y en el caso de las finales, se pueden elevar a la máxima potencia. Las finales no se juegan, se ganan, como dijo Alfredo Di Stéfano en su momento, y realmente es así. La motivación de volver a un evento como este es grande, pero metidos en harina, lo que de verdad nos va a llenar a todos es llevamos esa Copa a casa. Con todo el respeto a todo el mundo, que a nadie se le olvide que el finalista que se enfrenta al Barcelona es el Valencia, con 7 títulos en su haber y otras muchas finales perdidas. Somos un equipo grande, por todo, y cuando saltemos todos al campo, que jugamos todos, es cuando empieza realmente el trabajo y la faena de verdad. Porque se puede ganar o perder, pero estar no vale.

La exigencia de un equipo como el nuestro es ganar, estar para ganar, competir con todo, y si al final el rival es mejor, que lo que tenemos delante es un equipazo, y ese día está más fino, se le da la mano, se aprende y se vuelve el año que viene sabiendo más. Pero que todo el mundo, especialmente los que están en Sevilla, tengan claro que la final no empieza con el viaje, con la fiesta, con el ambiente, y “que el resultado nos da igual”. No, no y no, porque eso es de ser mediocres, de pensar a lo pobre, y en una final sólo se puede pensar en ganar, en ganar y en ganar. Porque están para eso, para nada más.