El patrimonio deportivo del Valencia

El trabajo hecho por todos es excepcional, y vale mucho dinero, pero el legado para la próxima década, si sabe administrar, mucho más

Toni Hernández | 16 MAR. 2019 | 00:01
Marcelino García Toral

El patrimonio deportivo que tiene ahora mismo el Valencia de Peter Lim es absolutamente incalculable. Podemos darle un precio aplicando las cláusulas de rescisión de los jugadores o yendo a la web de transfermarkt para ver qué valores les dan, pero es que ahora mismo no estamos hablando de dinero, o no al menos de forma estricta. Hace dos años, a finales de la temporada 16/17, este equipo (no hablamos del club, que eso es otra cosa), era una especie e de cementerio de elefantes, con algunos jugadores que cobraban fortunas y le faltaban al respeto a la afición, y otros que tenían un estatus de estrella que jamás se vio correspondido con rendimiento. Y otros estaban como dormidos, como olvidados en un cajón, porque los casos de Parejo o Rodrigo son dignos de un análisis calmado y pausado, porque si no se podría llegar a entender.

Ahora tienes futbolistas internaciones en casi todos los puestos, absolutos o sub21, gente con hambre, ambición, futuro y presente. Y ya no hablamos solo de los que van a venir a partir del 1 de julio y que se han cerrado en los últimos meses, sino de jugadores que están ahora mismo y que componen una plantilla que tiene un carácter como hace mucho tiempo que no veía, amén de una calidad que le hizo estar en Champions League el año pasado y en este aún pueden lograr cosas espectaculares. El patrimonio deportivo que ahora mismo tiene el Valencia, en definitiva, es incalculable, y si algunas decisiones se tiene la suerte de que salgan bien, puede ser aún mejor.