Cuando el Valencia se juega todo, se deja 20 millones de euros en delanteros sin jugar

Que un equipo, el Valencia, se juegue todo en la Champions League, cuando sólo le vale ganar y debe hacer goles, que se deje en el banquillo a dos delanteros que han costado 16 millones de traspaso uno, Kevin Gameiro, y 3 de cesión, Michy Batshuayi, es algo como para analizarlo con mucha calma, con mucho sosiego. Una reflexión que nos lleva a que se sigue dependiendo de la gente del año pasado, Rodrigo Moreno (que volvió a estar cerca de su nivel contra el Young Boys), y Santi Mina, que en 3 partidos jugados desde que volvió de su lesión lleva anotados 4 goles. El Valencia no es un club tico, ni mucho menos y eso es algo que se ha dejado bien claro en los últimos tiempos, y no se pueden cometer ciertos errores, especialmente en los jugadores que son diferenciales. Y estos dos casos no han salido, nada bien, o al menos no lo están haciendo.

Y es que al francés se le va hasta apagado, hasta falto de esa chispa que sin duda tiene, por mucho que le cueste tener 3 ocasiones para hacer un gol. Pero el belga es un caso mucho peor, porque no da sensaciones de mejora, parece fuera de forma (su cuerpo, grande y ancho, ayuda a tener esa sensación), y lo que ha quedado en el entorno, y dentro del propio club, es que una apuesta fuerte y casi personal de Marcelino García Toral no ha salido bien, todo lo contrario. ¿Tiene arreglo? Que al final eso es lo más importante. Pues la tiene, pero Mateo Alemany se tiene que mover mucho y bien, porque lo de Gameiro tiene menos arreglo, pero lo de Batshuyi si, y viendo cómo está Santi Mina…