El Valencia quiere ganar la Copa del Rey, y debe jugar la Champions League

El Valencia quiere ganar la Copa del Rey, eso es claro, pero también debe quedar entre los cuatro primeros de la Liga y disputar la Champions League el año que viene. Una jornada en la que habían pinchado cuarto, quinto y sexto, que pintaba perfecta para hacer hueco, pero con bajas importantes una semana más, demasiadas, y el duele del jueves contra el Barcelona. Marcelino tenía que jugar dos partidos en su cabeza, y optaba por un equipo de contención, de espera al Atlético, de madurar mucho el partido tratando de que fuera cerrado. Con algo más de llegada, con dos puntas, pero poco por fuera, ya que el doble lateral zurdo, si no dominas es complicado, y Maksimovic tapaba en derecha pero no podía llegar. Plan parecido al de Barcelona, con similar resultado al término de la primera mitad.

En la segunda, acción entre Neto y Godín aparte (unos dicen que penalti, otros que no), el zapatazo de Correa al cuarto de hora hacía que todo ese castillo de naipes se viniera abajo. Sumar un punto podía ser bueno, pero irse de vacío, un problema que agudizaba la mala racha, y tampoco era merecido. Rodrigo y Soler entraban al campo para cambiarle la cara al equipo, y se avanzaba diez metros en el verde. Y desde luego, eso empezó a surtir el efecto deseado. El problema era dejar espacios para que el Atlético buscara la contra, pero perder no era una opción... El equipo lo intentó, no concedió nada al rival aun volcándose, pero había dado demasiado a un contrario que vive de chupar la sangre ajena. Derrota, quizá injusta, pero sigue la mala racha, 10 puntos de 30.