El Atlético de Simeone, un espejo en el que mirarse

El Valencia ofrece signos de mejoría pero todavía se encuentra en proceso de construcción, Marcelino ha conseguido cambiar la cara del equipo y dentro del club se ha comenzado a trabajar con cabeza. No es momento de dejarse llevar por la euforia sino de mantener la calma y sobre todo trabajar, el equipo debe abstraerse del entorno y mantener la humildad. Precisamente estos valores han sido los que han llevado al Atlético de Madrid a vivir un ciclo glorioso.

Tras el ascenso a principios de siglo, los colchoneros vivieron tiempos de penurias en la primera división española. El equipo tardó varios años en volver a situarse en la élite y fue con la llegada de Simeone cuando dio el gran salto. El Atlético se convirtió en una alternativa real a Madrid y Barça y rozó la gloria europea en dos ocasiones. No se trata de un milagro, sino la culminación del trabajo bien hecho y la convicción de que no hay nada imposible. En ese camino se encuentra el Valencia, en el de recuperar su identidad y volver a ser un club respetado.

Queda claro que sin un equipo fuerte será difícil que el valencianismo pueda estar orgulloso de los suyos, por tanto, la primera piedra es formar un equipo competitivo. Desde Mestalla se aprecian con cierta envidia (sana) los éxitos del Atlético de Madrid, pero todo el mundo es consciente de que el Valencia puede volver a ser una alternativa a los grandes a poco que se mantenga una línea positiva. El Atlético de Simeone ha marcado el camino.