Cuando en el Valencia gustaba cerrar los fichajes en el último segundo...

No hace tanto tiempo, la "gracia" era traer los refuerzos casi sobre la campana, mientras que ahora hemos pasado a un nivel completamente distinto

Toni Hernández | 25 JUL. 2017 | 00:01

Al Valencia de Mateo Alemany, que es quien empieza a representarlo, le están cayendo palos de todos los colores porque a fecha de finales de julio, aunque queda mes, todavía tiene que que cerrar varias salidas, cantadas todas pero no hechas, y la llegada de 5 refuerzos más, ya que Marcelino García Toral ha pedido 6 y sólo ha llegado hasta la fecha el portero brasileño Neto.Que las críticas arrecien puede ser normal, lógico, sin duda aceptable, pero si bien es cierto todo esto, también lo es que hubo otra época, reciente, muy reciente, en la que esto era el pan nuestro de cada día, y la “gracia” era ver cuantos jugadores caían en el último segundo de cada mercado, daba igual verano que invierno. Entonces a algunos sí les valía la frase que hoy es tan sumamente castigada: “lo importante es llegar con la planilla hecha el 31 de agosto”.

Hoy parece que no, y tampoco lo juzgo, sólo lo comento. Tener tiempo para hacer las cosas significa sólo eso, que se tiene tiempo para pensar y dejar claras todas las decisiones que se deben tomar, aunque luego depende de mil voluntades distintas y del propio mercado, del que muchos hablan como si pudieran controlarlo o incluso de verdad lo conocieran. Cada uno tiene su visión sobre este asunto, pero lo que está más que claro es que lo importante es armar una buena plantilla para el 31 de agosto, que permita llegar bien al 1 de enero, y entonces ver cómo están las cosas. El problema son los días que pasan, los jugadores que fichan otro, y una presión mediática propia de un gran, que a fin de cuentas, esto es el Valencia.