Hablar del Valencia con respeto no cuesta tanto

Las faltas de respeto al Valencia, al club, a sus dirigentes, a sus empleados, a sus jugadores, no las he entendido nunca, siempre me han parecido despreciables, y más con algunas figuras, porque el cargo está por encima de la persona, y eso no lo debe olvidar nadie. El presidente del Valencia debe ser alguien que sea tratado con respeto, sea quien sea, y mira que han pasado personajes por ese cargo, pero la institución a la que representan debe estar por encima. Que al actual mandatario se le llame vendedor de kebabs es algo que no se debería permitir. Y que un aficionado lo haga me parece mal, aunque es libre, pero que haya profesionales de la prensa que también lo hagan, es más que reprochable. Si no nos respetamos nosotros mismos, ¿de verdad pretendemos que lo hagan los demás?

Leí unas más que interesantes reflexiones sobre este tema en twitter, en un hilo que soy incapaz de encontrar, pero son cuestiones básicas de respeto. Todos los fichajes son paquetes, todos los nuevos son peores que los viejos, el dueño es un chino que vienen a hacer negocio, Alemany no sabe de qué va la cosa, Alesanco es un novato, Marcelino va a dimir porque no le van a traer nada... Y luego, a los 10 días de la campaña de abonos (cuyo autor sigue siendo Damià Vidagany, a quien se ha faltado al respeto hasta el punto de ir a juzgado), resulta que más de 20.000 valencianistas tienen su pase. Insisto en un concepto: si no nos respetamos nosotros, ¿queremos que lo hagan en Madrid?