Las decisiones de la dirección deportiva del Valencia: si no gustan a todos, ¿son malas?

La duda sobre su independencia o su criterio no se la va a quitar nadie, y ahora, además, deben tomar medidas que gusten a todos.

Toni Hernández | 05 MAY. 2017 | 00:02

La dirección deportiva del Valencia, un ente que se venía reclamando casi desde hace dos años, cuando Rufete dejo el club, que tuve una especie de inquilino con Suso García Pitarch (primero recibido como un héroe por los que pensaba que vivirían mejor, luego repudiado como un apestoso porque no lo hicieron, y por su negativa labor), y que ahora que es más fuerte que nunca, con una cantidad de profesionales de primer nivel extraordinarios, también es puesta en duda, de forma permanente. Su independencia está en entredicho, porque se hace un uso absurdo del término, su criterio también, porque debe contentar a todos, y eso es imposible. Y lo siguiente van a ser sus decisiones, que van a caer mal a todo el entorno que no lo vea igual. Aunque José Ramón Alesanco y Vicente Rodríguez no son nuevos, y saben muy bien de qué va esto.

Quién sea el nuevo entrenador va a ser la primera prueba de fuego, y va a traer consecuencias de todo tipo salga quien salga elegido. Si es Setién se hablará de enfrentamiento entre Alesanco y Mateo Alemany, porque se ha filtrado que el director general quiere otro técnico. Si no es Setién y es Marcelino, el que se supone que quiere Alemany, la dirección deportiva no pintará nada. Y si al final njo es ninguno de los dos porque Lim piensa otra cosa, algo que se puede dar, será la madre de todos los follones. Conclusión: ¿para qué queremos una dirección deportiva si nos vamos a liar a palos de todos modos?