Pocas destituciones terminaron siendo un revulsivo

Pako Ayestarán ya es historia y el Valencia busca un técnico que pueda revertir la situación. Los precedentes del pasado no son demasiado favorables

Jose Hernández | 20 SEPT. 2016 | 22:49

Las cuatro derrotas al inicio de la liga han terminado condenando a un Pako Ayestarán que recibió el apoyo del club el pasado mes de junio, era una decisión arriesgada y aparentemente una apuesta personal de Suso. El proyecto ha hecho aguas en el primer mes de competición y el club busca un sustituto de garantías que pueda hacerse cargo del equipo.

Al Valencia no le sientan bien los cambios de entrenador con la temporada ya iniciada. Casi todos los técnicos que llegaron tras un despido a mitad de campaña tuvieron muchos problemas para adaptarse, sin duda, se trata de un reto complejo. En los últimos años el relevo de Mauricio Pellegrino por Ernesto Valverde fue el más positivo. El actual técnico del Athletic consiguió dar la vuelta a la situación y llegó a tener opciones de clasificación para la Champions League en la última jornada tras realizar una buena segunda vuelta. Juan Antonio Pizzi remplazó a Miroslav Djukic, y a pesar de que el equipo brilló en la Europa League, el rendimiento en las competiciones nacionales fue discreto. De lo ocurrido la pasada campaña mejor ni hablar, ya que Gary Neville y el propio Pako Ayestarán terminaron saliendo por la puerta de atrás. El vasco salvó al equipo, pero no parece que su llegada al equipo fuera un verdadero revulsivo.

Si miramos más atrás en el tiempo podemos encontrar situaciones muy negativas como el relevo de Quique Sánchez Flores por Ronald Koeman. El holandés ganó la copa pero flirteó con el descenso. En la temporada 2004-05 Claudio Ranieri fue sustituido por un Antonio López que comenzó bien y terminó con el equipo lejos de posiciones europeas a pesar de ser el vigente campeón de liga. El propio Ranieri estuvo a punto del cese en su primera etapa en Valencia. Sustituyó a Valdano en la tercera jornada y salvó su cabeza poco después gracias a un milagroso tanto de Mendieta en Anoeta. La paciencia del club recibió sus frutos en la siguiente temporada.